Hay animales míticos para los naturalistas europeos y luego esta el oso. El oso lo tenemos en el inconsciente colectivo, como el señor del bosque, la fuerza y la vida salvaje. Nada más triste que un oso en cautividad, nada más bello que un oso en libertad. Lo que en algunas zonas supone un problema, básicamente por mala gestión, en otras es una oportunidad de desarrollo, como sucede en algunas zonas de Finlandia. En estas, con una adecuada gestión están atrayendo a naturalistas y fotógrafos de toda Europa para fotografiarlo. Lo han convertido en un motor de la economía local. Como explicar lo que sientes al ver al señor del bosque aparecer misteriosamente entre la vegetación, la fuerza primigenia que emana, la belleza de un animal salvaje en su entorno. Solo puedo desear que podamos disfrutar de estos bellos animales eternamente. Desde aquí agradecer a Rafa Ramos, Javier Ramos (recupérate pronto amigo) y Alfonso Mico, la organización del viaje. Un gran viaje con grandes personas; Fernando Camuñas, José María Tortosa, Xavi, Ana, David, Daniel, Kiko Arcas, Javier Mora, Maruchi, Vicente y Carlos Romero. Así que feliz verano.
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