Amanece, como siempre te despiertas antes de lo deseable. Te tiras de la cama, como te enseño tu padre, sin pensarlo. Y decides ir a pasear por la ciudad dormida. Y de pronto te encuentras a la Sagrada Familia. En el último mes la has vista unas cuantas veces, pero nunca como ahora, sin gente, con la luna como farola celeste. Y tienes visiones o eso crees. Y te reconfortas con la vida y disfrutas de ese momento único de la visión impresionista de una construcción modernista o cambiando al blanco y negro una visión casi gótica, no por el estilo, si por la estética. Y te vas a tomar un café, deseando seguir disfrutando de la vida. Sabiendo que la fotografía son esos momentos únicos que consigues plasmar.
Dedicado a María por su valentía.
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